Cristina Madroñal Cotano y Nieves Merino Sampalo
¿Es importante la educación artística en la escuela? Muchas personas en un primer momento pueden responder que no, que solo es una asignatura más como Música y Educación Física, cuya misión es rellenar el horario escolar. Pero tenemos que saber que esto no es así, o al menos no debería serlo. Mediante estas materias los niños pueden desarrollar la capacidad crítica, la capacidad para poder vivir de la forma más integrada en la sociedad en la que vivimos… etc.
Como ya sabemos el hombre ha cambiado muchísimo a lo largo de la historia, por ello mismo también lo ha hecho la educación y sus diferentes materias como la educación artística que también han evolucionado.
La enseñanza del dibujo, como ahora lo conocemos, se implantó en el currículum escolar hace relativamente poco tiempo, en el S.XIX. Pero la formación de las enseñanzas artísticas dirigidas a profesionales se había establecido mucho antes. En esta formación principalmente se trabajaba con las imágenes y los objetos, ya que para trabajar con ellos se requería conocer una técnica y tener una práctica. Estos trabajos iban sujetos a unas normas determinadas, regidos por su contexto y cultura.
Antes se llegar al S.XIX, la educación artística sufrió diferentes procesos de cambios, los cuales empezaron en la antigüedad, cuyas pautas de cómo debía orientarse la educación plástica en la escuela eran dadas por los filósofos Aristóteles y Platón.
Para Aristóteles “el arte de leer, escribir y del dibujo son útiles para la vida… el dibujo es la capacidad para observar la belleza de los cuerpos”.
En esta parte de la historia el dibujo en sí tenía la misma importancia que la lectura o la escultura, era una forma más de expresión y de conocimiento, no como en nuestros tiempos, que hemos hecho que su importancia haya sido denegada y minimizada. Algo sobre lo que deberíamos reflexionar.
En la Edad Media, por otro lado, esta perspectiva que tenían los antiguos del arte empezó a cambiar, pues las artes propias, tal y como las conocemos ahora, no existían como productos artísticos, sino que eran considerados oficios manuales. Por lo tanto no se esperaban que estas obras representasen originalidad ni creatividad. En esta época la forma en la que se aprendía era imitando, en el propio taller de trabajo.
Sin embargo esta visión tan práctica, fue cambiando poco a poco, creándose de esta manera las primeras academias de dibujo, ya en la época del Renacimiento hasta el Romanticismo.
Estas escuelas no eran como las nuestras, pues los niños comenzaban su formación aproximadamente a los 12 años de edad. Las escuelas y academias de dibujo a las que nos referimos estaban orientadas a la especialización profesional del arte. La forma de aprender que tenían estos alumnos, no difiere de la que hoy en día aprenden los niños en la escuela. Pues trabajaban a través de la copia de láminas y de nociones básicas de geometría. Como diferencia, estos alumnos del Renacimiento y Romanticismo, también realizaban estudios teóricos, sobre la historia del arte y la estética.
Este sistema que se realizó hasta finales del S.XIX, el cual como dijimos anteriormente se empezó a implantar en el currículo escolar la enseñanza del dibujo, no con una orientación dirigida al ámbito profesional, sino como una forma de educación, para su formación personal.
Cuando se incorporó el dibujo como materia obligatoria en la escuela, se produjo un nuevo reto educativo, enseñar dibujo al conjunto de población, no solo a unos cuantos alumnos que querían orientar su vida profesional a ese sector.
El dibujo en esta época cobra mucha importancia, pues se empezaba a desdoblar en dos vertientes; la primera era la vertiente técnica en la cual el dibujo era el vehículo tecnológico y de la fabricación industrial y la otra era la vertiente artística.
En esta época se empezaron a elaborar los primeros documentos dedicados al desarrollo de los métodos y manuales de dibujos basados en la copia de láminas. Muy parecido al trabajo que realizamos hoy en día en el aula.
Esta forma de enseñanza, no empezó a cambiar hasta la primera mitad del S.XX, con el descubrimiento del arte infantil. Gracias a este descubrimiento la manera propia de dibujar de los niños, dejó de verse como un cúmulo de errores, el cual había que corregir, y se empezó a interpretar como la forma que tienen los niños de ver el mundo. Recogiendo así, estas obras infantiles como un arte no contaminado, un arte libre.
Este descubrimiento se llevó a cabo, por las implicaciones de los artistas rebeldes de la vanguardia los cuales aportaron una nueva visión al arte, tomando elementos de otras culturas.
Esta corriente de pensamiento provocó un cambio en la forma de enseñar el arte, pues surgió en la segunda mitad del siglo XX, la autoexpresión creativa a la educación artística, esta disciplina realza la importancia de la persona la cual estamos formando, más que los conocimientos en sí que se imparten. Pretende, de esta manera, formar a personas a través del arte.
Por eso, se cambió la forma de trabajar con el dibujo, comenzando a apreciarse el dibujo libre y espontáneo, el no copiar e imitar láminas, como también, el que no todo el mundo haga lo mismo. Se desarrolla y potencia la creatividad
El arte empezó a cobrar sentido como lenguaje, pues las obras visuales empezaron a tomarse como un modo de conocimiento. Este pensamiento vino a causa del desarrollo de los nuevos medios de la comunicación visual.
Pero desde esta perspectiva nos podemos preguntar ¿por qué no hemos seguido valorando y trabajando el arte de esta manera? ¿En vez de volver hacia atrás en el tiempo, a la época en la que solo copiábamos e imitábamos diferentes láminas?
Debemos de tener en cuenta que el arte no solo ofrece sentimientos sino que ofrece una forma de pensamiento libre y personal, el cual no siempre conviene o no se sabe como trabajarlo.
Como decía Elliot Eisner “el aprendizaje artístico es complejo y está fuertemente influenciado por las condiciones del entorno en el que tiene lugar”.
Desde mi perspectiva para trabajar de forma adecuada con el alumno, desde esta materia de educación artística, primero debemos tratar con elementos más próximos a la vida del alumno, para así sumergirlos y hacerlos conscientes de su día a día. Consiguiendo de esta manera formar a ciudadanos libres, interesados, preocupados por el mundo en el que viven y les rodea.
Ciudadanos, los cuales, se preocupan y quieren buscarles solución a los diferentes problemas que van surgiendo, personas críticas tanto con ellas mismas como con todo lo que suceda a su alrededor. Personas inquietas, activas, curiosas, las cuales no se dejen manipular…
La asignatura de Artes Visuales y Plásticas debe ser de la mima importancia que, por ejemplo, Lengua o Matemáticas. Para nosotras el desarrollo del pensamiento matemático, a través de la asignatura de Matemáticas, como el desarrollo del pensamiento crítico, a través de la Música o el Arte tienen la misma importancia.